Que lindo que es ver llover luego de varios días sofocantes en Buenos Aires, sobre todo cuando el Servicio Meteorológico Nacional venía anunciando esta hermosa lluvia desde hace unos días y sin embargo nunca llegaba.
Que linda que es la lluvia por ejemplo cuando estás en tu casa disfrutando de una tarde más esperando por un poco de agua que te calme el terrible calor que venimos aguantando. Pero que fea es la lluvia por ejemplo si te agarra en la calle, en lugares céntricos cuando luego de obras en construcción caen dos gotas y todo se inunda, y ni hablar si la misma vienen con esos vientos que derriba arboles generalmente ocasionando daños que nadie reconoce.
Ni que hablar si te agarra el granizo en pleno viaje tanto en la calle caminando, en el auto, moto, bicicleta o medio de transporte que estemos acostumbrados a utilizar para realizar aquella tarea diaria que nos corresponde para poder sobrevivir.
Mucho más complicado es aún cuando tenés chapas de cartón o fibra de cemento o quizás tejas... andá a reclamarle a Magoya por los gastos.
Más allá de los Pro y los contra que pueda llegar a tener na simple tormenta dependiendo siempre de quién la sufra, es ampliamente confortarte ver llover luego de un día agobiante, aunque, luego de unos minutos vuelva a salir el sol y todo se convierta en un infierno una vez más.
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