¿Qué hago sin internet? (parte 2)

VER PARTE 1

Nos hemos acostumbrado tanto a Internet que no sabemos qué hacer si un bendito día nos llegamos a quedar sin ella.

Si somos solo usuarios casuales el hecho de no tener Internet puede que no nos llegue a afectar tanto, pero si somos de ese tipo de personas que se pasa más tiempo frente al monitor que bajo el sol, como diría la celebre frase: "Houston, we have a problem!".

No hay nada más irritante que por ejemplo estar bajando un juego o una película de al menos un par de Gigas y que justo en la última parte luego de esperar varias horas nuestra bendita conexión nos falle.

Por supuesto que estos son casos menores, lo peor que te puede pasar es que justo que tenías que entregar un trabajo, contactare con algún cliente o simplemente tu hermana se fue de vacaciones y tenés la computadora tan solo para vos, a alguien se le ocurrió aceptar los nuevos planes de telefónica y te dejaron sin Internet por una semana (mínimo).

Luego de llamar a Speedy (supongamos que tenemos Speedy) y reputearlos en inglés, alemán, italiano, catalán, jeringoso y arameo; siempre y cuando tengas la suerte de que te hayan contestado, te ponés a pensar en qué es lo que vas a hacer ahora que ya no tenés Internet.

Te ponés a pensar de qué manera vas a agotar el tremendo tiempo al pedo que tenés o "tiempo libre", como más le guste al lector, y decidis entonces jugar algunos juegos. Sucede ser, que para colmo de males, todos tus juegos son Online. cosa que seguramente te pone mucho más agresivo que las excusas que te dan los de telefónica.

Sabés que la única cosa que te queda es o ponerte a trabajar, estudiar o terminar lo que tendrías que haber hecho hace tiempo con la PC en vez de perder el tiempo con los jueguitos estúpidos del Facebook. A proposito... quién los hace?

Tu constante de hablar con una persona a la cual no le ves la cara a más no ser por WebCam, te hace entrar en un estado de abstinecia y volves a lo básico.

De pronto empezás a revolver todos tus papeles y cajones hasta dar con tu vieja agenda y empezás a hacer algo que hasta hace un tiempo era inimaginable: empezas a llamar por teléfono a esas personas a quienes tenías olvidadas.

Ahora te enteraste por ejemplo que tu mejor amigo de la infancia, al cual no veías hace mas o menos 10 años y quién vive a tan solo unas cuadras de tu casa, ya es padre, se casó y no solo se casó, sino que además se casó con tu ex y como si fuera poco ella ya tiene otro hijo de procedencia dudosa.

Entre llamada y llamada te das cuenta que afuera hay un mundo que se mueve en paralelo a vos, un mundo al cual pertenecías, un mundo que tiene otras reglas, otro lenguaje otras prioridades e inclusive otras necesidades.

Asi y todo decidís incorporarte al mismo.

VER PARTE 3

1 comentario: