Me había llamado la atención que durante los eventos anteriormente nombrados casi que no habían actos delictivos reflejados en los medios. Sin embargo, y una vez culminados esto, todo volvió a explotar tras la noticia de la salidera bancaria realizada a una embarazada en La Plata, en donde la misma resulto herida de bala y posteriormente su hijo recién nacido muriese como producto de dicha circunstancia.
Inmediatamente luego de esto comenzó a renacer aquella sensación de inseguridad y desprotección a la cual se viven enfrentando los argentinos. Luego de conocerse la noticia todo el mundo comenzó a solidarizarse con la familia de la persona afectada tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales.
El repudio frente a los actos delictivos y aquella sensación de “impotencia” nuevamente comenzó a renacer una vez más entre las personas, algo que no había pasado desde el asesinato de un efectivo policial en la zona de San Martín. En aquel entonces miles de personas se movilizaron para pedir mayor seguridad y una política de estado acorde con las circunstancias.
El gobernador de Buenos Aires, Daniel Sciolli, dio la cara durante dicho reclamo y prometió luchar contra la inseguridad y también se solidarizó con los familiares de la víctima. Lugo de eso, la gente se volvió a olvidar de la inseguridad y el espíritu nacionalista impulsado por el campeonato mundial de fútbol hizo que aquello quedara remotamente alejado de la mayoría de los habitantes.
Hoy, una vez más la tragedia vuelve a golpear a una familia y la gente vuelve a masticar bronca exigiendo que se haga algo de una vez y por todas. Seguramente después de esto, la comuna vuelva a marchar en búsqueda de acciones inmediatas para este gran problema social, pero quizás todo vuelva a quedar en nada.
Sciolli volvió a aparecer en público, luego de una larga ausencia, para comprometerse una vez más en hacer algo que todos sabemos que no van a hacer. Una vez más se solidariza, pero con la solidaridad no se apaña el dolor de un familiar muerto.
Duelo por la muerte del niño e interpretación del código penal.
Como primera medida el gobernador de la provincia dispuso un duelo Nacional por la muerte del niño recién nacido como si eso fuera a brindar alguna solución al tema.
Da la impresión que cuando se presiona a los gobernantes de X manera los resultados se consiguen rápidamente, sino miremos con la velocidad que actuó la policía para detener a los sospechosos del crimen, aunque aún queda uno prófugo, quien sería “el delator” de los movimientos internos del banco.
Este caso es especial por el hecho de que no se trata de in robo al boleo, sino que todo estaba premeditado, se sabía a quién ir a buscar y cuanto dinero tenía en sima; algo que sin la colaboración interna de parte de la entidad bancaria sería muy difícil de averiguar.
Pero el problema no termina acá, y pese a que ya se han detenido a los sospechosos, se presume que los mismos pueden ser no juzgados por el crimen del bebe ya que el código penal deja algunas cosas a la libre interpretación de las personas. Se puede alegar que los delincuentes no tenían la intención de matar al bebé y que la muerte del mismo fue una circunstancia ajena al hecho debido a que cuando esto sucedió, para el código civil, el niño no existía.
Bajar la edad de imputabilidad en menores no es la solución.
En momentos como estos y sobre todo cuando se tiene en cuenta que hay un gran porcentaje de delititos realizados por menores de edad, la mayoría de las personas creen que la solución es bajar la edad en la cual los menores pueden ser imputados; pero esto tendría claramente un efecto contrario, porque hecha la ley hecha la trampa. Así como puede ser interpretado de diferentes maneras el Código Penal, bajar el margen de edad ocasionaría que los delincuentes sean mucho más jóvenes, ya que estos serían manipulados por mayores que serían conscientes de que a cierta edad se es impune.
Un ejemplo de esto puede ser lo ocurrido también en La Plata en donde fue apresado un menor de 9 años que había robado y cuando fue detenido “amenazaba” a los efectivos diciéndole que no lo podrían apresar porque era menor e iban a tener problemas con los Derechos Humanos.
El tema de los “Derechos Humanos” es también un tema muy complicado al cual hay que tomarlo con pinzas, y al igual que el código civil y penal, puede ser interpretado de diferentes maneras. Un ejemplo: Un delincuente menor parecería tener el derecho de matar a una persona pero sin embargo uno no tiene derecho a reclamar justicia contra el mismo debido a que está amparado por la ley.
Entonces cual es la solución?
Es la inseguridad una realidad o simplemente un acto de sensacionalismo?. Sin dudas es una realidad. Más allá de que los medios magnifiquen muchas veces las cosas, no se puede ser tan hipócrita de decir que no pasa nada y que los mismos son hechos aislados. Basta con darse una vuelta por algunos sectores del conurbano bonaerense, e inclusive Capital Federal, para darse cuenta de la impunidad que existe y sobre todo la falta de acción por parte de las entidades responsables de hacerlo.
Se puede ver a cualquier hora del día y en cualquier lugar la venta indiscriminada de drogas y personas drogándose como si comieran un caramelo.
Todos sabemos, vemos y somos consientes de que estas cosas pasan. Es algo que no se puede negar. Pero aún así cuando somos capaces de observar dichas irregularidades o faltas a la ley, nadie es capaz de denunciar. Por qué? Porque hay una gran falta de garantías. Nadie puede asegurarte que si “cumplís con tu deber como ciudadano” el día de mañana no amanezcas muerto debido a cualquier tipo de represalia.
Cómo es posible por ejemplo que miles de personas, vecinos como vos y yo sepan cuáles son los lugares de venta de droga y la policía no?
Evidentemente hay alguien que les desvía la mirada hacia otro lado. Negocios, intereses, quien sabe qué cosa, pero lo cierto, lo concreto de todo esto es que no avanzamos nada. En estos últimos diez años la educación social y los principios sociales se han degenerado en una manera alarmante; y lo peor de todo es que en vez de mejorar, cada vez la brecha se agiganta más. Es como un copo de nieve que cayó de la montaña y hoy en día ya es una gran bola imposible de frenar.
La sensación que a uno le queda después de analizar un poco todo esto es que: o no quieren solucionar el problema por X motivo o directamente no saben cómo y la situación se les escapó de las manos.
Entonces qué hacer? Hay que seguir esperando o debemos de ser nosotros una vez más los que les tengamos que decir a los gobernantes cómo tienen que gobernar un país?
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