Lo lindo del fútbol
El mundo tiene muchos deportes y diferente manera de vivirlos, pero una cosa es segura, cada uno de nosotros disfruta de ellos de manera única.
El fútbol en Argentina forma parte ya de la cultura del país y es una porción importante del día a día de los argentinos. A pesar de que el argentino es de consumir mucho deporte, no se puede discutir que el amor que siente el común denominador de la gente por el balón pie, es incondicional y apasionante.
Pasión... es quizás la palabra más justa pare describir el sentimiento del argentino para con el fútbol. Aunque esta pasión no es solo nuestra, en diferentes lugares de latinoamércia se vive el fútbol con pasión. No pasa lo mismo en Europa por ejemplo, en donde el fútbol se vuelve más frío, quizás opacado por los negocios y las grandes sumas de dinero que mueve este en el mundo. Sin embargo hay países como Turquía en donde el fútbol se vive de una manera similar a la latina.
Tampoco se puede poner en duda que en la actualidad en Europa se encuentran los mejores jugadores, muy pocos nativos, ya que la mayoría son importados de diferentes ligas; y esto es algo que a la larga perjudica a los diferentes países de donde son llevado los jugadores cada vez más jóvenes.
El hecho de que los futbolistas migren hacia Europa cada vez a edad más temprana hace que las ligas locales se debiliten y el fútbol en si pierda su esencia, su magia y su picarda. Esto es justamente lo lindo del fútbol, aquello que hace de este deporte uno especial en cuanto a su manera de vivirlo, pero cada vez se ve menos de esta picardía, de aquella clásica gambeta y de aquellos cracks por los cuales uno iba gustoso a ver un encuentro de fútbol más allá de la pasión que cada uno tenga por sus colores.
Sin embargo no obstante esto, aunque la magia y la picardía escaseen cada día más, el espíritu del fútbol se sigue manteniendo en los corazones del fanático. Aquél corazón que parece salirse por la boca cada vez que nuestro equipo anota un gol, aquel corazón que se entumece ante una derrota, que se retuerce de angustia ante los pasos de un jugador camino a patear un penal, el mismo que muchas veces estalla de alegría dentro del pecho de cada hincha y que a veces se queda somnoliento ante las decepciones aunque esperanzado de una revancha. Eso es lo lindo del fútbol.
El fútbol es más que un deporte, está bordeando casi una religión en donde cada uno tiene su templo y su Dios, al cual le rinde culto incondicionalmente cada fin de semana y por el cual no mide los sacrificios a realizar con tal de que no se nos prive de ello.
Lo lindo del fútbol hace por ejemplo que 4 fanáticos de River miremos un Velez - Boca en el fondo de una casa haciendo fuerza para que el clásico rival pierda y que adelante varios hinchas de Boca hagan lo propio pero con el afán de victoriar a su equipo.
Lo lindo del fútbol hace que un Martín Palermo, un jugador que ha pasado por muchos momentos difíciles en su vida y hacedor de los goles más insólitos del fútbol argentino, sea odiado por los hinchas de River por su presente y pasado en Boca, pero respetado y reconocido por los mismos a la vez por sus logros conseguidos.
El fútbol, como cualquier otro deporte, tiene sus cosas buenas y malas, sus reglas y fundamentos, pero lo que quizás haga lindo a este deporte es el sueño de cada una de las miles de personas que se agolpan en un solo grito y deseo cada vez que haya un encuentro. Y si hablamos de encuentro, el fútbol también es sinónimo de este, ya que desde chicos se aprende a compartir la pelota con el solo motivo de pasar un buen momento con amigos. Compartir, jugar, crecer, soñar, eso es lo lindo del fútbol.
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